DECÁLOGO DE CRITERIOS OPTIMISTAS
Para trabajar al lado de los adolescentes conviene tener en cuenta algunos criterios a aplicar de forma constructiva. Aquí hay una muestra:
1. Ajustar el enfoque de la mirada. Tener conflictos no es tener problemas: éstos aparecen cuando no conseguimos encontrar la respuesta adecuada.
2. Suprimir la distancia, aceptar la proximidad. A menudo andamos en ondas diferentes y hay que cambiar la sintonía. Sólo intentando estar cerca, disponibles, podemos influir en sus vidas.
3. Observar, conocer, preguntar. Sin inmiscuirse ni intentar ser uno de ellos, hay que tener curiosidad permanente por su mundo.
4. El futuro sirve pocas veces como argumento, suele estar demasiado lejos. A veces hay que esperar, saber hacer no hacer nada, para poder actuar más adecuadamente. De momento hay que ayudarles a reconciliarse con su situación y capacitarles para que puedan ir tomando decisiones.
5. Construir espacios de influencia educativa a su alrededor. La adolescencia requiere formas de trabajo compartido entre profesionales de dentro y fuera de la escuela.
6. En la adolescencia educar significa acompañar. Se trata de hacer de mentores, de tutores, de personas adultas que están cerca suyo, sin intromisiones pero con capacidad de comprender y ayudarles a salir de sus incertidumbres.
7. Controlar la angustia que nos producen sus riesgos. Ayudarles a reducir la probabilidad de que se produzcan daños irreversibles, capacitarlos para gestionar los riesgos.
8. Servir para que construyan sus límites. Sólo en contadas ocasiones se educa mediante la imposición. Pero las personas adultas también están para mandar y, en algunos casos, imponer un límite.
9. Ayudar a otros adultos que se angustian o histerizan. Los padres también se angustian. A algunos compañeros les sacan de quicio. No sólo se trata de trabajar con otros, también se trata de ganar aliados para una relación sensata con los adolescentes.
10. Conservar la paciencia y alimentar la esperanza. Por muy desastres que sean ahora, pueden ser de otra manera; y necesitan, especialmente algunos, ser vividos en positivo por algún adulto de los que los rodean.
